Doña Jimena Díaz de Vivar. Gran señora de todos los deberes (1960) fue la tercera novela histórica de María Teresa León que escribió durante su exilio argentino compartido con su marido, el poeta Rafael Alberti. En ese ámbito, tan lejano y distinto de lo español, la autora combatió la nostalgia mediante sus escritos literarios, que le devolvieron su pasado castellano, las viejas leyendas de su tierra y la figura de Doña Jimena, a la que hace decir: “Mirad, esa es Castilla, parece de miel”.
La novela está dividida
en diez capítulos o secuencias encabezadas por versos del Cantar de Mío Cid. La
historia de Jimena comienza, al igual que en el texto épico, en su madurez, en
el monasterio de San Pedro de Cardeña, donde se despide del Cid que parte al
exilio. En la novela se prioriza el presente de la protagonista por encima de
su pasado, sólo en dos ocasiones Jimena nos relata sucesos del ayer: en el
primero recuerda su boda con Rodrigo Díaz de Vivar en 1075 en Asturias y el
segundo lo conformará la añoranza de la libertad perdida de su infancia. Por
esta razón se dedica tan poco espacio a relatar la presunta rivalidad de Jimena
y la infanta Urraca por Rodrigo, y en cambio son tan reveladoras las relaciones
de la protagonista con otras dos mujeres: la fiel criada Adosinda, escéptica y
socarrona, en cuya boca pone la frase capital “años de soledad, vida de mujer”
y la amante de su hijo. Si Jimena representa la lección de la experiencia, su
nuera es una patética Jimena sin fuerzas ni conciencia, destinada a sufrir pero
sin fruto, víctima de la ambición masculina que encadena a la mujer en sus
propósitos. La posible pareja que pudieran trazar los herederos del Cid y Doña
Jimena queda truncada por la muerte del muchacho en una de tantas batallas, y
la muerte no deja a la madre, a Jimena, sino el recuerdo de un niño. Es
entonces cuando María Teresa León hace decir a Jimena lo que ella misma piensa
y sufre: a los hombres “se los traga la boca de la Historia”.
La escritora alimenta el
libro con la verdad profunda (las historias), la verdad oficial (la Historia) y
la verdad colectiva (la leyenda), que rodean la figura del Cid y Doña Jimena,
pero siempre en base a la erudición histórica. María Teresa León se sirve de
ensayos históricos relevantes como La España del Cid, de Menéndez Pidal, de las
crónicas castellanas y del romancero viejo para relatar su novela. Por esta razón,
no todo vale, y episodios tan conocidos y novelizables como el del abandono de
las hijas del Cid en un robledal por los infantes de Carrión, historia que
vertebra nada más y nada menos que el Poema de Mío Cid, es aquí apenas una
sombra, como lo es en las páginas de la Historia erudita, y la autora hace
reírse a Jimena cuando se entera de lo que lo juglares cuentan: “cuento y canto
de juglares”. De esta manera María Teresa León diluye la presencia de un
venerable poema heroico castellano, símbolo de lo masculino, en la leve risa de
una mujer.
Porque, ¿qué es la
realidad de la Historia?, cabría preguntarse ante este libro que siente una
atracción especial por lo modesto, por lo ambiental. ¿Qué es más importante de
todo lo que se narra? Esta cuestión se plantea dentro de la novela, en la que
se introduce el personaje de un juglar que casi al final nos será revelado como
Per Abat, el enigmático nombre que aparece al final del códice del Poema de Mío
Cid. ¿Es imprescindible el relato exhaustivo de lo que acontece o debe quedar
por encima la belleza de lo literario? María Teresa León plantea este problema
en boca del juglar, que en un punto de la novela se debate entre la duda de
asistir a las bodas de las hijas del Cid para posteriormente poder relatarlas,
o bien inventarse lo que allí ocurrirá. La cuestión queda zanjada en una bella
frase, común a tantas de la novela: “Pienso que para qué voy a ir, si ya las he
soñado”.
Doña Jimena es una
meditación sobre el exilio como daño y como injusticia, y es un libro sobre la
mujer casada como base de una vida difícil y como víctima de todas las durezas
que comporta el ejercicio de la dignidad. Nos hallamos ante una novela que se
proyecta sobre lo autobiográfico sin suplantarlo; una ardiente meditación
evocativa de tres grandes temas: España, el destierro y la mujer. Asistimos a
un monólogo rememoratorio de Doña Jimena, pero tutelado por María Teresa León. O
a una evocación de María Teresa León, oculta a medias detrás de Jimena.
Título: Doña Jimena Díaz de Vivar. Gran señora de todos los deberes | Autora: María Teresa León | Editorial: Castalia | 240 págs. | 1960
Otras novelas históricas
Después de María Teresa León nadie volvió a acercarse al personaje de Jimena, hasta que en 2006 la escritora Magdalena Lasala publicó una nueva novela histórica sobre el personaje. Su Doña Jimena es una mujer comprometida con los objetivos de su esposo, que durante las ausencias de éste se hizo cargo de la administración de las posesiones del matrimonio y de la educación de los hijos. Como sobrina del rey de Castilla, aprovechó su linaje real para interceder a favor de su marido ante el rey Alfonso VI. De esta manera Magdalena Lasala nos presenta una mujer culta y muy inteligente, cuyo nexo con su marido radicó en una enorme conciencia por entender que su destino, sus intereses y sus objetivos iban unidos. La novela se divide en tres partes, donde hay un narrador externo que narra desde la infancia hasta la vida adulta de Jimena. Llegados a este punto, será la propia Doña Jimena quien en un lenguaje íntimo nos relate en primera persona sus recuerdos, sus emociones y sus vivencias. Es aquí donde descubrimos a la mujer sabia que se convirtió Doña Jimena, fruto de la experiencia. De esta manera, Magdalena Lasala rescata a Jimena Díaz de Vivar de la sombra del mito del Cid Campeador, una sombra tan alargada, que no sólo eclipsó a Jimena, sino también a otros personajes históricos del siglo XI castellano como Doña Urraca e incluso, al propio rey Alfonso VI.
Doña Jimena Díaz de Vivar (Kindle)
Doña Jimena Díaz de Vivar (Kindle)
Título: Doña Jimena Díaz de Vivar. La gran desconocida en la historia del Cid | Autora: Magdalena Lasala | Editorial: Temas de Hoy | 600 págs. | 2006
Fuentes: MAINER, José Carlos (1993), «María Teresa León y Jimena Díaz», Doña Jimena Díaz de Vivar. Gran señora de todos los deberes, Barcelona: Círculo de Lectores, 7-26. / http://www.ual.es/revistas/PhilUr/pdf/PhilUr09.2.CastilloRobles.pdf
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